LA NIEVE TAPÓ MI PUERTA. Mis dibujos Mi tiempo, mis ganas, mi energía. Mi sabiduría, mi felicidad. Mi cadáver esquisito
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Todo comenzó una noche fría en un omnibus rumbo a Montevideo, desde entonces, cada día trato de agregar al menos un personaje a ésta colección.
Quién colabora siempre cambia.
Todo comenzó una noche fría en un omnibus rumbo a Montevideo, desde entonces, cada día trato de agregar al menos un personaje a ésta colección.
Quién colabora siempre cambia.
DEMONIOS
"Esta noche, poco tiempo después de que yo me vaya, te irás a sentar en el pórtico y esperarás allí. Probablemente oirás una voz y te llamará.
Pero ocurra lo que ocurra, no contestes ni te muevas.
Sguirás sentado sin hablar, y en actitud meditabunda.
Si te agitas o haces algún ruido, serás partido en dos trozos.
No temas nada y no te intentes pedir ayuda, porque ninguna ayuda humana podría salvarte.
Si cumples todaslas instrucciones según te las doy; el peligro desaparecerá y no tendrás nada que temer de aquí en adelante".
Sutra Hannya-Shin-Kya Hoichi
Hace una semana atrás, Martes. El sol aun más caliente que el de hoy. Aún las hojas de los árboles pintaban sus copas de color verde.
3 de Mayo, ya entrado el otoño.
Con un pañuelo de tela blanca agitándolo en su mano; sobre la orilla de la vereda gritó -TAXI!-. Ella subió con los ojos húmedos e hinchados. -Hasta San Juan y Chacabuco- Me dijo. Así será señorita, le dije. Y con un gracias triste, posó su mirada en la ventana y no dijo más.
A las dos cuadras comenzó a llorar, en la radio una balada melancólica me preocupaba; traté de que no se diera cuenta de que la cambiaría por ella, pero la expresión que noté en el retrovisor, me dio a entender que ya lo había hecho.
Con un poco de pena pregunté, Se le ofrece algo?
Luego de un minuto distendido respondió.
-Son los ecos del amor. El fracaso del corazón. Y el dolor de haber lastimado a alguien-.
Luego de esas palabras, bajó. Al poner en marcha el coche, la vi alejarse entre los autos.
Mi turno acababa de comenzar, tenía expectativas de una buena jornada.
Su mirada, su angustia no me la pude olvidar.
Mi espíritu no volvió a ser el mismo; mi día ya no era uno más.
3 de Mayo, ya entrado el otoño.
Con un pañuelo de tela blanca agitándolo en su mano; sobre la orilla de la vereda gritó -TAXI!-. Ella subió con los ojos húmedos e hinchados. -Hasta San Juan y Chacabuco- Me dijo. Así será señorita, le dije. Y con un gracias triste, posó su mirada en la ventana y no dijo más.
A las dos cuadras comenzó a llorar, en la radio una balada melancólica me preocupaba; traté de que no se diera cuenta de que la cambiaría por ella, pero la expresión que noté en el retrovisor, me dio a entender que ya lo había hecho.
Con un poco de pena pregunté, Se le ofrece algo?
Luego de un minuto distendido respondió.
-Son los ecos del amor. El fracaso del corazón. Y el dolor de haber lastimado a alguien-.
Luego de esas palabras, bajó. Al poner en marcha el coche, la vi alejarse entre los autos.
Mi turno acababa de comenzar, tenía expectativas de una buena jornada.
Su mirada, su angustia no me la pude olvidar.
Mi espíritu no volvió a ser el mismo; mi día ya no era uno más.
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